viernes, 22 de octubre de 2010

La sombra de la verdad

Capítulo IV: La sombra de la verdad

Al llegar a la oficina la mañana siguiente encontré un gran revuelo entre los empleados.
- ¿Qué pasa?- pregunte a un subinspector al que conocía.
- Al parecer han llegado los enviados de la policía inglesa y están hablando con la inspectora Hidalgo. Creo que le están esperando. Lluis y Antonio ya han entrado.
Atajo de traidores. Eso es lo que eran. Ya me había extrañado a mí que no estuvieran en la cafetería de abajo donde desayunábamos por costumbre cada mañana.
Según me dirigía al despacho de la inspectora procuré sosegarme. Pero verían cuando acabara la reunión. Me iban a rendir cuentas. En mi opinión, la lealtad personal e institucional es algo importantísimo. Los que la obvian es por descuido y por ignorancia. Luego era un trozo de pan, no vayan a creer.
Llamé a la puerta y esperé contestación.
- Puede entrar, inspector Ares- en ese momento me planteé la posibilidad de que hubiera instalado una cámara a la entrada del despacho. Era la inconfundible voz de Candela.
La sala, tan pulcra como siempre, alojaba además de a la inspectora Hidalgo y a mis dos traidores compañeros, los cuales agacharon la cabeza nada más verme, a otros dos señores que, por su aspecto, supuse pertenecían a la policía inglesa.
En un inglés perfecto, yo diría casi natal, la inspectora formuló a los dos individuos una serie de preguntas relativas al robo del bendito cuadro.
- La Dama de Shallot es mucho más que una obra de arte. Estamos hablando de un cuadro que contiene secretos de Estado.
- ¿Cómo de Estado?- pregunté yo intentando adaptarme al competitivo nivel de inglés británico.
- The Lady of Shallot contiene un documento en su interior que por seguridad se escondió en el cuadro. Se trata de una información que comprometería peligrosamente a la Familia Real y que todos los expertos recomendaron esconder preferiblemente en un museo como el Tate Britain, caracterizado por una vigilancia impecable.
- Impecable hasta el momento del robo, claro- Antonio siempre hacía ese tipo de comentarios.
- Sí, pero en ese caso supongo que la investigación inicial se centro en los trabajadores del mismo museo- sugirió Hidalgo.
- Correcto, señorita, la investigación contemplo un gran número de investigaciones personales y privadas que no llegaron a ninguna conclusión.
- Y, ¿por qué piensan que es un español el que anda detrás de todo esto?- se veía que a Lluis no le hacía mucha gracia esa afirmación. Era un patriota de los de verdad. Catalán y español.
Muchas veces le había preguntado, malintencionadamente, si estaba a favor de la independencia de Cataluña, y su contestación era siempre la misma:
"Creo en el autogobierno de Cataluña en el contexto de una España plural y respetuosa con todos".
Yo, para fastidiar, le decía que a lo mejor se había equivocado de oficio y que debería replantearse lo de ser político, pero él desconfiaba de la política, como otros muchos ciudadanos de a pie.
No obstante, volvamos a la contestación del policía inglés:
- Lo único que les podemos decir es que esa información que contiene el cuadro podría perjudicar a la Familia Real inglesa y que puede haber cierto sector español interesado en ello.
Cuando salimos del despacho me quede pensativo un instante:
“¿Quién estaba interesado en ir contra la Corona británica? ¿Acaso se trataba de una intriga política? ¿O era más bien un tema personal que podía tener una proyección en la ciudadanía no deseada por la Familia Real inglesa?”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno sigo el tema con expectación...
¿cómo sabían que el cuadro contenia documentos de estado?...
un chivatazo...
"no hi ha un pam de net...que se dice en catalan....
Saludos.

Dilaida dijo...

Estupendo Marcos, esto sigue en marcha.
Bicos

mariajesusparadela dijo...

¿Problemas para Carlos?

nocheinfinita dijo...

Esto se complica... intrigas políticas... pero confío en la inspectora Candela.

Un beso

noche