Capítulo XI: Lunes victoriano
El lunes se reanudó la investigación. Al parecer la muerte del señor Cisneros había inquietado al embajador inglés en Madrid, ya que éste había solicitado una entrevista con nosotros.
El lunes se reanudó la investigación. Al parecer la muerte del señor Cisneros había inquietado al embajador inglés en Madrid, ya que éste había solicitado una entrevista con nosotros.
- ¿Qué querrá hablar un político con la policía?- preguntó Antonio en la oficina.
- Dictarnos sus directrices, eso por descontado- comentó Lluis.
- Según leí en el informe, el señor Cisneros era un fiel colaborador de un funcionario de la embajada- les expliqué.
La puerta se abrió.
- Esto empieza a oler muy mal- la inspectora Hidalgo entró como un huracán y tiró un periódico sobre la mesa.
- No puede ser- soltó Antonio- ¡qué sinvergüenza!- Dimite por asuntos personales- leyó con voz clara, pero tensa.
- Al parecer van a tener que verse las caras con Mister Welsh- nos informó Candela.- El señor Salmeron no ha resistido la tentación de enviar al implicado a la China.
- ¡Qué exótico!- Lluis era capaz de ironizar hasta en las situaciones más complejas- ya quisiera yo un castigo tan excitante.
- No caerá la breva- me burlé.
Todos reímos.
- Bien, no se lo pondremos fácil sea quien sea.
La embajada de Reino Unido en Madrid era un lugar imponente, señorial, yo diría que incluso con rasgos victorianos.
- El señor embajador les está esperando- nos indicó el secretario de Mister Welsh.
Nos condujo por un pasillo hasta la puerta del despacho del embajador.
Al llegar a la puerta, abrió.
Ante nosotros, una sala amplia, luminosa, color pastel,... El señor Welsh, un individuo bajito, gracil, pero serio, como todo buen inglés.
- Ya tenía yo ganas de hablar con ustedes.- Mister Welsh estrechó nuestras manos.
- Nosotros también, señor embajador- le aseguró Lluis.
- Largo y tendido- añadí mientras el secretario cerraba la puerta, asustadizo.
* FUENTE DE LA IMAGEN: Wikipedia.